Cadena de frío y HACCP: el seguimiento de las temperaturas para una seguridad alimentaria óptima
5 November 2024 por Edina GÁLFI
15 June 2023 por Edina GÁLFI
Logista. Éste es un término que dice mucho sobre la historia de la logística. Dicha expresión designaba, en la época de Julio César, a la persona responsable del abastecimiento y la instalación de las guarniciones romanas. La logística se origina entonces del arte de la guerra, y cobra realmente sentido en los tiempos de Napoleón gracias a Jomini, teórico militar, quien introdujo la logística como método de gestión de los movimientos: de informaciones, de tropas, de abastecimiento (alimentario, sanitario, militar). Gracias al despliegue de dicha estrategia de flujos, la guerra se vuelve móvil. El transporte se hace central.
El término Logística, del griego Logistikos, es también lo que «se refiere al cálculo». La logística moderna es por lo tanto el arte de razonar y de pensar en los flujos con el fin de optimizar la distribución. Dicha optimización se traduce, hoy en día, en tres parámetros principales: productividad, rentabilidad y calidad.
La logística del frío consiste entonces en la gestión de los flujos físicos de mercancías termosensibles. Para lograr el transporte de productos alimenticios frescos o congelados, conviene esbozar la tabla de factores que participarán en el éxito de una logística del frío.
Tomar la decisión de extender el espectro de distribución significa repensar en la organización y disposición de las infraestructuras existentes. Por lo tanto, lanzarse en la distribución de productos frescos o congelados requiere, algunas veces, equiparse y comprender los diferentes parámetros reglamentarios propios a dicha tipología de mercancías. Sí, pero ¿cómo hacer para ganar cuotas de mercado sin arruinarse, asegurando al mismo tiempo un servicio de calidad?
Para empezar, es necesario reflexionar sobre el modelo de gestión de los flujos: ¿flujo tirado o flujo empujado? La respuesta a dicha pregunta te permitirá esclarecer la necesidad o no de prever unidades de almacenamiento y conservación a temperatura dirigida en el seno de tu almacén.
La instalación de una cámara de frío y/o una cámara negativa aporta flexibilidad a la gestión de los pedidos y de los imprevistos de entrega. En cierta configuración logística, una cámara a temperatura controlada permite igualmente preparar el equipo de entrega a temperatura dirigida.
La conservación y el almacenamiento de los productos alimenticios perecederos es una cosa, transportarlos es otra y necesita una mayor vigilancia, ya que cualquier ruptura de la cadena de frío puede tener consecuencias dramáticas: una intoxicación alimentaria aislada o incluso el desarrollo de bacterias del tipo salmonela o listeria, lo cual requiere un retiro de productos y pone en peligro la vida de los demás. La responsabilidad del logista-transportista se ve por lo tanto comprometida. La obligación de servicio, el mantenimiento a una cierta temperatura de los productos transportados, crea una obligación de aportación de medios.
Hoy en día, la solución más permanente y flexible sigue siendo la utilización de un vehículo estándar, es decir no frigorífico, acoplada al uso de un contenedor isotérmico encargado de mantener los productos a una temperatura de +2°C/+4°C o de -20°C gracias al aporte de una fuente de frío pasivo. Esta última es intercambiable según la tipología de las mercancías alimentarias transportadas.
Esta solución autónoma permite liberarse de las pérdidas de energía faraónicas detectadas en la fase de distribución. En efecto, según un estudio efectuado por Brightec, para guardar las mercancías al fresco a +4°C, las aperturas de puertas de un semirremolque aumentan el consumo de diésel en 1.125 litros por año y por camión. Esta cifra se eleva a 4.600 litros suplementarios para el transporte de productos congelados.
La elección de tu solución de transporte debe por lo tanto combinar la inversión de partida, los costos energéticos y de mantenimiento, así como la flexibilidad de utilización del material.
La distribución de productos frescos y productos congelados responde a un fenómeno de estacionalidad que no debe ser ignorado cuando se reflexiona sobre el desarrollo de la actividad. Así, los volúmenes transportados fluctuarán constantemente durante el año. Equiparse de una flota estándar con contenedor isotérmico permite por lo tanto no padecer de una flota «durmiente» utilizada solamente durante el período de pico de actividad. El contenedor isotérmico responde al principio logístico de la mutualización de las temperaturas. En el seno de un camión estándar, diferentes tipologías de productos alimenticios son transportadas: secos, frescos y congelados.
Este principio de mutualización garantiza por lo tanto la optimización de las cargas y de los recorridos de entrega.
Finalmente, el binomio camión estándar/contenedor isotérmico maximiza el rendimiento de inversión, ya que permite alternar el transporte de productos frescos, congelados o ambientes. En efecto, una misma caja isotérmica puede ser utilizada, sucesivamente, para el transporte de productos frescos o congelados según la naturaleza de la fuente de frío añadida a la caja: placas eutécticas para frescos o congelados, o bien hielo seco.
La definición de una logística del frío para el transporte de productos frescos y productos congelados debe basarse en un plan de desarrollo comercial. Éste debe hacer referencia a varios factores:
Estas tres preguntas generan indicadores clave en la elaboración de la estrategia logística: los volúmenes distribuidos, los cuales responden a una composición de la cesta promedio bien definida, los mercados donde se enfrentan la oferta y la demanda propias al modelo económico (venta física, venta en línea), los medios de entrega desplegados, a elegir en función del ambiente de movimiento de los flujos (urbano, peri-urbano, rural) y del marco reglamentario al cual dicha movilidad está sujeta.
Una vez más, el binomio vehículo estándar/caja isotérmica parece ser pertinente en la elección del modo de transporte de los alimentos frescos y congelados. En efecto, el formato contenedor isotérmico + fuente de frío pasivo se adapta a todo tipo de modo de transporte: camión, camioneta, carro, bicicleta o scooter. Así, los ROLL, BOX o BAC de cualesquiera dimensiones pueden ser cargados y combinados con el fin de optimizar la densidad en el interior del vehículo.
La elección de herramientas adaptables y flexibles en la elaboración de una logística del frío es hoy en día capital debido a las evoluciones fulgurantes de los modos de consumo. Maniobrabilidad, multiuso y sostenibilidad son características de una logística del frío sólida y duradera.
Tan pronto como tu modo de transporte y tu herramienta de mantenimiento de la temperatura han sido definidos, es necesario analizar la continuidad de tu cadena de frío propiamente dicha. Para ello, diferentes factores de contingencias influencian la logística del frío de los flujos alimentarios y la calibración de la fuente de frío necesaria:
Finalmente, es necesario tener en mente la obligación de servicio propia a la distribución de productos alimenticios termosensibles. Por lo tanto, la implementación de un sistema de control de las temperaturas es altamente recomendable, a fin de garantizar la seguridad sanitaria de los productos distribuidos y poder demostrar el mantenimiento de la cadena de frío a todo lo largo de la fase de distribución.