Transporte de productos termosensibles : para una logística del frío autónomo
22 February 2024 por Edina GÁLFI
5 November 2024 por Edina GÁLFI
En el sector de la distribución masiva, el monitoreo de las temperaturas en la cadena de frío es esencial para garantizar la seguridad y la calidad de los productos alimentarios. Un control riguroso de las temperaturas a lo largo del proceso de distribución permite prevenir incumplimientos, evitar pérdidas de alimentos y asegurar la satisfacción de los consumidores. Con regulaciones estrictas y expectativas crecientes, es necesario implementar soluciones eficaces para el seguimiento de las temperaturas.
El cumplimiento de las regulaciones europeas es una obligación para todos los actores de la cadena alimentaria. El Reglamento (CE) n.º 852/2004 y el Reglamento (CE) n.º 183/2005 exigen que las empresas adopten un enfoque sistemático para garantizar la seguridad alimentaria, principalmente a través del método HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Este enfoque tiene como objetivo identificar y controlar los peligros críticos relacionados con la seguridad alimentaria.
Para los distribuidores, esto significa, entre otras cosas, la obligación de controlar las temperaturas en cada etapa del proceso logístico. Este seguimiento se articula en torno a varios elementos clave:
El monitoreo de las temperaturas puede realizarse de manera manual o automatizada. Cada uno de estos métodos ofrece ventajas específicas.
El control manual de las temperaturas es un método tradicional utilizado en la distribución masiva. Se basa en mediciones regulares realizadas con termómetros de sonda conformes a las normas EN13485 y EN13486.
Estas mediciones se registran en fichas de control de temperatura HACCP, que incluyen información detallada como el nombre del responsable, la temperatura registrada, la fecha y hora de la medición, así como las medidas correctivas tomadas en caso de incumplimiento. Las hojas de registro son mensuales y deben archivarse en caso de inspecciones por parte de las autoridades competentes.
Cabe señalar que los termómetros de infrarrojos o láser no son conformes.
Actualmente existen 4 tipos de sondas:
Cabe destacar que los principios de funcionamiento, los rangos de medida, los tiempos de respuesta, la estabilidad a largo plazo y el costo varían de un tipo de sonda a otro. El sector de la distribución alimentaria favorece el uso de sondas de semiconductores, sondas termopar y sondas RTD.
¿Cuándo usar el termómetro alimentario? Se recomienda medir la temperatura de los productos en cada etapa crítica: recepción de mercancías, transporte, almacenamiento y justo antes de la puesta en estantería. La medición de la temperatura debe hacerse, idealmente, en el centro del producto, ya que refleja de manera exacta su estado de conservación.
Antes y después de su uso, la sonda debe desinfectarse con un producto aprobado para contacto con alimentos. Para los productos alimentarios envasados, al vacío o en atmósfera protectora, la ruptura del envase conllevará la destrucción del producto.
Si no es posible realizar la medición en el centro del producto, se acepta una medición en contacto con el envase.
¿Cuáles son los umbrales de alerta? Para una medición en contacto con el envase, se tolera una desviación máxima de aproximadamente 2°C. Para una medición en el centro del producto, la desviación tolerada es de aproximadamente 1°C. El cumplimiento de estos umbrales permite prevenir incumplimientos.
Los avances tecnológicos permiten hoy en día utilizar sensores de temperatura conectados para un monitoreo automatizado de las temperaturas. Estos sensores se utilizan para medir las variaciones de temperatura dentro de las cámaras frías de transporte y almacenamiento. Ofrecen una vigilancia continua en tiempo real y a distancia las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
¿Cómo funcionan los sensores de temperatura? Los sensores realizan mediciones periódicas a intervalos predeterminados, lo que permite detectar rápidamente cualquier desviación de temperatura. Los datos recopilados se archivan automáticamente, proporcionando una trazabilidad completa y una visión general de las fluctuaciones durante 24 horas o más. Este sistema de alerta permite una reacción rápida en caso de exceder los umbrales, reduciendo así los riesgos de incumplimiento.
El monitoreo riguroso de las temperaturas desempeña un papel central en la gestión de la cadena de frío. Los beneficios son numerosos y contribuyen directamente a la seguridad alimentaria y a la eficiencia operativa de los distribuidores.
El monitoreo de las temperaturas en la cadena de frío es un proceso esencial para garantizar la calidad y seguridad de los productos alimentarios en la distribución masiva. Al integrar tecnologías modernas, capacitar al personal y realizar auditorías regulares, los distribuidores pueden minimizar los riesgos de incumplimiento, reducir las pérdidas alimentarias y garantizar la satisfacción del consumidor. Dominar la cadena de frío no es solo una obligación reglamentaria, sino también una ventaja competitiva que puede marcar la diferencia en un mercado cada vez más exigente.